Lo mejor es intentar bañar a nuestro minino en grupo: una persona agarra firmemente al gato y le tranquiliza mientras que otra persona enjabona y aclara.
Mejor en el fregadero de la cocina … quizás estemos más cómodos que en el baño, sin agacharse.
Si colocamos una alfombrilla antideslizante en el fregadero, el gatito no resbalará y se sentirá mas tranquilo.
No llenar el fregadero de agua, unos pocos centímetros de agua son suficientes. Además, si el gato no ve tanta agua estará mas tranquilo, sobre todo si va al agua de golpe.
Si nuestro gato es mayor y no llega a su propia espalda cuando se lame, simplemente le ayudaremos a acabar de lavarse con un paño húmedo una o dos veces por semana, muy suavemente.