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Procesionarias: las orugas que pueden matar a tu perro

La oruga procesionaria en muy conocida en nuestros pinares mediterráneos. Aunque desde un punto de vista forestal no se la puede considerar una plaga, sí que es considerada un riesgo para la salud pública. Su peligro radica en unas bellosidades que rodean su cuerpo y contienen una toxina llamada taumatopenia, que provoca una descarga masiva en el organismo de histamina, responsable de las reacciones inflamatorias. Esta toxina puede ser peligrosa en personas, provocando irritación en oídos, nariz y ganganta, así como reacciones alérgicas. Pero en las mascotas, sobre todo los perros, esta pequeña oruga puede incluso poner en peligro la vida.

Ciclo vital de la procesionariaOruga procesionaria

En verano las procesionarias adultas, tras la fertilización, colocarán los huevos en las agujas de un pino o cedro. Hacia unos cuarenta días más tarde, en septiembre-octubre, de los huevos saldrán las larvas. Estas larvas construirán un nido de seda en la copa del árbol, con forma de tienda de campaña, donde pueden vivir hasta varios cientos de ejemplares. Durante esta fase larvaria el alimento lo constituyen las agujas del árbol donde han eclosionado, del que prácticamente nunca se desplazan. Aunque parecen delicadas, estas larvas pueden alimentarse de las fuertes agujas de los pinos desde el primer día. Son una de las pocas orugas sociales que se conocen.

Al inicio de la primavera, con la subida de las temperaturas, se estimula el reflejo de enterramiento, y las orugas buscan un lugar adecuado para esconderse bajo tierra y pasar a su siguiente fase vital, la pupa. Para ello, descienden de los árboles formandoNido de procesionarias largas filas de individuos, para protegerse de los enemigos, en busca de lugares idóneos para el enterramiento. Se desconoce la razón por la que siempre es una hembra la que va al principio de la fila, tejiendo un hilo que siguen todas las demás.

Una vez se entierran, se transformarán en pupa, estadío en el que permanecerán hasta el verano, cuando eclosionan y surgen las mariposas, de hábitos nocturnos. Las mariposas solo viven de 1 a 2 días, durante los cuales se aparean y poner los huevos para comenzar de nuevo el ciclo.

Peligro de la procesionaria para las mascotas

Cuando un perro, y en menos casos los gatos por su carácter precavido, se acerca a una fila de procesionarias, éstas van a soltar su toxina al menor contacto. El efecto que la toxina de la procesionaria tendrá en el animal dependerá de la zona del cuerpo afectada, la cantidad de contacto y la rapidez con la que es posible iniciar el tratamiento veterinario. Frecuentemente, la zona del cuerpo del perro atacada es la boca, donde se verán afectadas la lengua, los labios o ambos, la nariz o los ojos, en cuyo caso puede ocasionarse inflamación de los párpados e incluso úlceras oculares. Si la zona afectada inicialmente son las patas, los animales tenderán a lamerlas por la sensación de picor, con lo que la afección llegará también a la zona bucal, con los efectos vistos anteriormente.

Signos que nos indican una posible intoxicación por procesionaria

Muchas veces, lo primero que notaremos serán los signos de contacto oral, como nerviosismo e actos de tragar convulsivamente. El perro intentará meterse las manos en la boca, como si tuviera algo clavado. Babeará profusamente. En la mayoría de los casos además algún pelo habrá llegado a la zona ocular, y por lo tanto tendremos a nuestro perro con lloriqueo y los párpados hinchados. En pocos minutos la lengua y los labios se hinchan hasta muchas veces la incapacidad del animal de cerrar la boca. Si el perro ha llegado a intentar ingerir una oruga procesionaria, la glotis se hinchará tanto que bloqueará las vías respiratorias, y el animal puede morir de asfixia. Si el contacto ha sido masivo, aparecerán signos generales como disnea, edema de laringe, hipertermia, convulsiones y muerte. Si el contacto no ha sido muy grande, o bien se instaura el tratamiento a tiempo, las lesiones locales evolucionarán a necrosis de los tejidos, y el perro perderá algún trozo de lengua o labios.

Aunque el diagnóstico de intoxicación por procesionaria en perros en fácil si vemos a las causantes, debemos tener en cuenta que muchas veces nosotros no vamos a estar presentes cuando nuestro perro interactúe con las orugas. Conocer a nuestra mascota, y estar atentos a cualquier signo de estrés, puede salvarla la vida.

Cómo actuar en caso de intoxicación por procesionaria

No existe mucho que nosotros podamos hacer en caso de intoxicación, excepto acudir lo más rápido posible al veterinario. Básicamente, podemos lavar con abundante agua al perro, tanto la boca, los ojos, la nariz, todo el pelo de la cara y las patas, que es donde se encontrará alojada la toxina. Pero sobre todo lo más importante es acudir a una clínica veterinaria cuanto antes.

Precauciones frente a la procesionaria

La mejor medida contra esta intoxicación por contacto es la prevención, evitando las zonas de pinos y cedros en la época de migración de las orugas. No pierdas nunca de vista a tu perro cuando vayas de paseo, y estate atento a cualquier comportamiento inusual. Si tienes jardín con pinos o cedros, puedes luchar de forma activa contra la plaga eliminando los bolsones de larvas de los árboles.

Por desgracia, no existen repelentes contra estos insectos, así que la mejor prevención es estar atentos y evitar los pinares.

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